¿Es necesario hacer una inspección técnica antes de comprar una vivienda?
Trata de una orientación adecuada para la compra segura de un inmueble
La respuesta es SÍ, por supuesto que sí, es muy necesaria. Realizar una inspección técnica
antes de comprar una vivienda es un paso fundamental para garantizar la seguridad y salud de
los nuevos propietarios, pues puede detectar problemas potenciales que afectan al proceso
de compra.
Si estas pensando en contratar una inspección técnica pero no conoces muy bien sus
beneficios, en este artículo vamos a tratar de explicarte los motivos por los cuales deberías dar
el paso y no dudar en contratarla.
La inspección técnica consiste en una evaluación pormenorizada, realizada por un profesional
experto, de una propiedad y que puede revelar defectos técnicos, documentales y físicos en
un edificio.
Tal es la relevancia para la seguridad de los compradores este informe técnico, que en países
como Estados Unidos, la inspección técnica es obligatoria. Sin embargo, en España no es
obligatorio y de ello se derivan malas experiencias y sorpresas desagradables.
Por eso, a nuestros clientes siempre les aconsejamos que contraten una inspección técnica
previa a la compra de su vivienda para comprobar su estado. En buena parte de las ocasiones
que se ha realizado una inspección en nuestra ya dilatada experiencia profesional ha aparecido
algún problema que resolver.
En ocasiones, la inspección ha evitado la ruina de los compradores, y por ello el principal
objetivo de realizar una inspección de la vivienda antes de su adquisición es poder comprobar
si la misma adolece de problemas que puedan afectar a la seguridad y salud de los futuros
propietarios. Recuerdo un caso en el despacho de un cliente que contrató la inspección técnica
y el resultado del informe determinó que el hormigón de la estructura de la vivienda tenia
problema de aluminosis, la enfermedad del hormigón. Este problema es tan grave que no tenía
opción de ser subsanado y podría haberse decidido no seguir adelante con la compra. Sin
embargo, a nuestro cliente le gustaba mucho la ubicación de la finca y esto sirvió para negociar
que la oferta solamente fuera por el suelo y no por la edificación pues la misma estaba
enferma. Finalmente, la operación fue un éxito y le evitamos al comprador que adquiriera una
vivienda que no cumplía las condiciones de seguridad.
En la mayoría de los casos, la gravedad de las cuestiones es menor y suelen tener solución, que
se traduce en algún ajuste económico y/o sirve para negociar a la baja el precio de compra.
Luego el beneficio es doble al contratar la inspección, por un lado conoces cual es el estado
técnico de la vivienda que quieres comprar y por otro lado, te puede servir para renegociar el
precio.
Una vez realizada esta inspección y con el resultado de la misma, obtenemos información de la
vivienda y en consecuencia para adoptar aquellas decisiones más oportunas al respecto.
Uno de los casos que nos encontramos recurrentemente, es que el resultado de la inspección
determina que la vivienda presenta problemas de humedades que han intentado ser
disimuladas con pintura pero no se acabado con ellas. Esto podría influir en la compra pues o
bien decide el comprador no seguir adelante con la operación porque no está dispuesto a
costear su reparación, o le puede exigir al vendedor que lo repare como es debido o por el
contrario, decide renegociar con el vendedor el precio de compra a la baja.
En conclusión, nuestro consejo legal es que antes de comprar una vivienda contrates un
profesional experto para que inspeccione técnicamente la misma pues así puedes evitarte
problemas futuros como pueden ser colapso de la estructura, humedades, grietas, problemas
en el terreno o la cimentación, ampliaciones ilegales etc