Tener una buena idea es el primer paso necesario para empezar un negocio. Sin embargo, se necesita mucho más para iniciar una actividad profesional o crear una empresa. Probablemente será necesario un plan de negocio, alternativas de financiación, ayuda para decidir qué fórmula jurídica es la más adecuada para tu empresa y mucha información legal sobre temas fiscales o laborales.
1. Tipos de empresa
Montar una sociedad limitada, una sociedad anónima… ¿o quizás una cooperativa? Decidir qué forma jurídica es la más adecuada para cada tipo de negocio no solo es necesario para empezar a funcionar, sino que resulta clave para evitar conflictos futuros. De ello dependerá el capital necesario para iniciar la actividad, el rol que jugará cada socio o la responsabilidad que se derivará de posibles deudas. Infórmate sobre el tema leyendo las siguientes guías legales y las respuestas de nuestros abogados ante dudas planteadas por otros usuarios.
2. Régimen de autónomos
Iniciar una actividad como trabajador autónomo parece una forma bastante sencilla de comenzar un negocio. Sin embargo, son muchas las especificidades que regulan el funcionamiento de este colectivo: bases de cotización determinadas, bonificaciones para personas que inician actividad por primera vez, obligación de declarar el IVA en los casos previstos por la normativa, posibilidad de contratar trabajadores externos, etc…
3. Relaciones con los empleados
Poder contratar a personas que hagan crecer tu negocio es siempre una buena señal. Sin embargo, hay que tener muchos aspectos en cuenta para respetar la regulación prevista en el Estatuto de los Trabajadores y evitar posibles problemas. La normativa laboral, además, está sufriendo muchas reformas con motivo de la crisis económica, así que resulta esencial estar al día de las novedades.
Cotizaciones a la Seguridad Social, tipos de contratos laborales, posibilidad de bonificaciones al contratar determinados colectivos, requisitos para justificar un despido, finiquitos o posibilidades de modificar las condiciones laborales. Todas estas son cuestiones a tener en cuenta a la hora de dar cualquier paso en este ámbito, ya sea para contratar a un futuro empleado o para, desgraciadamente, prescindir de él.
4. Finanzas e impuestos
Llevar la contabilidad de una empresa puede ser una tarea relativamente sencilla -aunque no por ello fácil para desconocedores de la materia- o realmente compleja si el volumen de negocio es elevado. Además de controlar gastos e ingresos, es muy importante estar al día de las obligaciones tributarias referentes al IVA o al impuesto de sociedades, por ejemplo, y asesorarse bien para poder beneficiarse de posibles exenciones o bonificaciones que puedan resultar interesantes.
5. Propiedad intelectual
Uno de los elementos más significativos de un negocio es su nombre. Al elegirlo, se intenta que la gente lo recuerde fácilmente, que suene bien o incluso que tenga buenas connotaciones. Lo mismo ocurre con los productos. Sin embargo, existen límites a esa elección: palabras que infringen la ley o, sobre todo, nombres que ya existen y están registrados. Además, cualquiera debería proteger su negocio evitando que otras personas puedan beneficiarse de sus ideas. Infórmate en este especial sobre todo ello.
6. Contratos y formularios
En el desarrollo de cualquier actividad profesional son muchas las situaciones que requerirán la formalización de acuerdos. Firmar un contrato permite tener claros los derechos y obligaciones de cada parte y poder resolver conflictos futuros, si se producen. En esta sección puedes encontrar toda la información sobre las partes esenciales que debe contener un contrato, los motivos de nulidad previstos por la normativa o los recursos que existen para obligar a alguien a cumplirlo.
7. Deudas y concurso
Aunque suele haber un plazo de tiempo en que la deuda está muy presente en las empresas, las expectativas se centran en el momento en que el negocio empieza a dar beneficios. ¿Qué puedes hacer si no hay signos de que eso llegue a ocurrir o si se había logrado pero las circunstancias han revertido la situación? Tomar una buena decisión en ese sentido será básico, no sólo para gestionar correctamente la continuidad o el cierre del negocio, sino también para tener la oportunidad de emprender una nueva actividad, cuyo objetivo persigue, precisamente, la normativa concursal.