Las distintas formas de administrar una empresa: pros y contras

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Lexdir

La forma de administrar una empresa varía según las necesidades de sus fundadores. La elección puede variar entre el administrador único o mancomunado, los administradores solidarios o el consejo de administración, dependiendo del régimen de responsabilidad.

Una de las primeras dudas que surgen al crear una empresa (ya sea sociedad limitada, sociedad anónima o sociedad comanditaria por acciones) es cómo llevar su administración. La Ley de Sociedades de Capital nos indica en su artículo 210.1 que “la administración de la sociedad se podrá confiar a un administrador único, a varios administradores que actúen de forma solidaria o de forma conjunta o a un consejo de administración”. ¿En qué consisten? ¿Cuál de estas cuatro clases de administración se adecua más a mi empresa? ¿Qué beneficios y qué riesgos tiene cada una?.

1. Administrador único

Empezaremos por el administrador único, la fórmula más sencilla. En esta modalidad una sola persona, física o jurídica, se encarga de la administración y representación de la sociedad. Su poder es grande pero a la vez lo es su responsabilidad, ya que responde de sus actos con todo su patrimonio presente y futuro, lo que significa que si incumple en las labores de su cargo pagará de su bolsillo. La sociedad puede pedir responsabilidades por sus actos al administrador, limitando así su gran capacidad de decisión.

+ Es una fórmula muy útil para pequeñas sociedades por su agilidad y unidad de actuación.

+ En el caso de que el administrador también sea socio, y con el fin de evitar que responda de las deudas él solo, la ley permite firmar pactos parasociales mediante los cuales los demás socios se responsabilizan de responder frente a las deudas conjuntamente.

- No se adapta tan bien a sociedades más grandes en las que hay más decisiones por tomar y más socios a los que representar.

2. Administradores mancomunados

La administración de la sociedad por administradores mancomunados implica que dos personas administran la sociedad de forma conjunta, siendo necesario el acuerdo de ambos para tomar cualquier decisión o acuerdo. Ninguna decisión será válida si no hay acuerdo de los dos administradores. Es recomendable que entre ambos administradores haya buena sintonía con tal de evitar un bloqueo en la toma de decisiones.

+ Adecuada para sociedades con diversos grupos de interés, ya sean grandes o pequeñas, porque permite que cada administrador represente a un socio o grupo de socios, siendo a su vez, los acuerdos entre los dos administradores, los acuerdos de dichos grupos de interés dentro de la sociedad .

+ Es más segura por exigir consenso para tomar una decisión.

- La necesidad de consenso entre ambos administradores le resta agilidad.

3. Administradores solidarios

La administración por administradores solidarios se diferencia de la mancomunada en que dos administradores administran la sociedad de forma independiente, sin rendir cuentas entre ellos. La firma de cualquiera de los administradores obligará a la sociedad.

+ Más ágil que la administración mancomunada.

+ Ideal para sociedades pequeñas con dos socios, porque así cada uno tiene poder de representación y están equiparados en poder y responsabilidad.

- Supone mayor desconocimiento de los actos realizados por los otros administradores.

4. Consejo de administración

Por último tenemos el consejo de administración. Cuando la administración de la sociedad recaiga sobre 3 o más personas se llevará a cabo mediante esta modalidad. El número de componentes del consejo se fijará en los estatutos, estando limitado en la sociedad de responsabilidad limitada a 12, entre los cuales se nombrará un presidente.

+ Garantiza mayor representación de todos los socios además de un mayor consenso.

+ Más adecuada para grandes sociedades como las sociedades anónimas, donde hay múltiples grupos de interés, puesto que se garantiza que las decisiones cuenten con el apoyo de la mayoría de los socios.

+ En las empresas familiares permite considerar propuestas de todos los administradores sin llegar a la paralización del órgano.

- La toma de decisiones depende de más personas que las otras modalidades con lo que la toma de decisiones suele ser más lenta.

- No es el tipo de administrador adecuado a empresas pequeñas.