Comentario a la repercusión mediática de la grabación ilegal al Juez de Violencia sobre la Mujer número 7 de Madrid

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El Poder Judicial ha abierto diligencias al juez de Violencia sobre la Mujer número 7, a raíz de la queja de una mujer denunciante de violencia de género que ha cerciorado un vídeo, grabado de manera ilegal, en la que se refería a la misma como “bicho” e “hija puta”. Pero, desafortunadamente, nadie ha sacado la grabación del juicio que motiva esas desafortunadas declaraciones (remarco antes de que se me condene públicamente, sin justificar lo dicho por los actuantes).

Dentro de la denuncia, candente por el tono que ha tomado en los medios de comunicación, se ha instruido ante la supuesta “falta de imparcialidad e animadversión” a la vista de las imágenes que todos hemos visto, gracias a la rápida actuación de los medios de comunicación en su imparcial cometido.

Pero, francamente, las imágenes reflejadas nada tienen que ver con la actuación de un juez, en su legítimo ejercicio laboral, sino de unas personas comentando cuestiones de su trabajo fuera de su jornada laboral, algo que todos hemos hecho pero sin el infortunio de tener una cámara grabándonos y un micrófono captando nuestra conversación. Porque, para empezar, esta prueba es ilícita (recordemos la doctrina americana de los frutos del árbol envenenado).

Pero, independientemente de ello, ¿por qué se ha levantado este revuelo? El principal problema que disponemos es que no alcanzamos a entender que nuestra justicia es una justicia de hombres, no de autómatas, por tanto, esta conversación poco afortunada por parte de Su Señoría, no es más que el reflejo del pensamiento interno del juez, que no manifiesta, pero que condiciona su actuación. Y es que, como siempre digo a mis clientes, el juez, antes de juez, es un ser humano como cualquier otro y queda condicionado a su percepción subjetiva y sus sentimientos. Porque si grabáramos un quirófano o la actuación de un forense igual no nos gustaría lo que, formalmente, vemos...

Porque, seamos honestos, ¿quién no ha hecho un comentario inadecuado de la última decisión de nuestro jefe? ¿O el comentario sobre ese compañero con el que, dicho finamente, no tenemos feeling?  Igual si nos filmaran a todos, en un momento posterior a la finalización de nuestra jornada laboral con una cámara oculta, tendríamos un grave problema…


Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.(Juan 8: 7)

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