Creación de empresas

Dejando un lado la financiación, pieza clave para la apertura de nuevas mercantiles, la creación de empresas pasa siempre por los mismos requisitos.

En primer lugar hay que redactar unos Estatutos que son los que regirán el funcionamiento de la empresa, en ellos se ha de determinar el objeto de la misma, el domicilio, la forma de administración y, como no, el capital social. Aspectos éstos que variarán dependiendo de la clase de compañía, su dedicación y de la propia regulación.

Por otro lado están los trámites necesarios para la constitución de la compañía. Lo primero es elevar a público la regulación de la compañía, es decir, ir al Notario para que éste la apruebe conforme a unos criterios que se  siguen rutinariamente. Es de señalar que una empresa puede dar servicio incluso estando en constitución. Posteriormente se debe acudir a la Delegación de Hacienda a obtener un NIF, número de identificación fiscal, que será iniciado con la letra B si es una sociedad limitada y con una A si es una sociedad anónima, por ejemplo. Una vez obtenido éste se debe acudir al INSS para que nos adjudiquen un CCC, como aparece en las nóminas de los trabajadores, esto es, un Código de Cuenta Cliente que será la identificación a efectos de Seguridad Social para, por ejemplo, hacer las cotizaciones que la empresa hace por los trabajadores.

Una vez así la empresa puede operar en el tráfico mercantil dándose de alta en el Censo de Obligados Tributarios rellenando el formulario 036 de alta de actividad. Con lo que se declara el tipo de actividad a la que se sujeta la mercantil y después sirve para el alta en el IAE que es el Impuesto de Actividades Económicas.