Demandar o no demandar, esa es la cuestión

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Ante determinadas actuaciones unilaterales del empresario, como no pagar las nóminas, o pagarlas reiteradamente con retraso, o imponer un cambio de horario o de condiciones de trabajo, el empleado se enfrenta a un serio dilema personal: ¿debe oponerse a la empresa? ¿debe demandar? o es mejor conformarse y no hacer nada que pueda provocar su despido.

La respuesta no es sencilla, y dependerá de cada caso concreto, pero desde mi experiencia hay varios factores a considerar:

Primero, cuando una empresa empieza a no pagar las nóminas, es muy probable que siga haciéndolo mientras pueda.

Segundo, si asumimos el abuso, no sólo padeceremos sus consecuencias directas, sino también cierta afectación psicológica que puede acabar por consumir nuestro ánimo. 

Tercero, iniciar una reclamación judicial es menos complicado de lo que nos imaginamos, y no tiene por qué terminar necesariamente en un juicio. 

Cuarto, el derecho de indemnidad protege a los trabajadores frente a una actuación vengativa de la empresa, por ejemplo, por haberla demandado antes reclamando salarios atrasados. 

Quinto, de qué sirve mantener un trabajo en una empresa que no nos paga, o que abusa descaradamente de nosotros.

Sexto, consulta antes con un abogado para saber cuales son tus derechos. 

 

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