Acabo de tener un accidente de tráfico en Madrid. ¿Qué debo hacer?

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Sufrir un accidente de tráfico supone una interrupción brusca en nuestra actividad cotidiana, para dar paso a una situación con un alto margen de incertidumbre sobre uno de los bienes más importantes que tenemos los ciudadanos: nuestra integridad física y sanitaria.

En ocasiones, las consecuencias del accidente serán solo sicológicas y materiales. Esto suele suceder cuando el golpe ha sido de baja entidad, y los únicos daños apreciables son los que se han producido en el vehículo y el susto que nos hemos llevado.

Sin embargo, tras el accidente también puede ocurrir que los ocupantes de alguno de los vehículos implicados, u otros usuarios de la vía resulten heridos, y que presenten desde un cuadro leve a otro mucho más grave.

En los siguientes párrafos intentaré exponer una serie de recomendaciones encaminadas a resolver esas dudas que se presentan sobre cómo se debe actuar ante un accidente de tráfico, tanto si dicho accidente se acompaña de heridos, como si no; y poniendo especial atención en la complejidad de la situación que para el ciudadano medio implica verse implicado en un accidente.

1-. Controlar los nervios y observar la situación. Tras el golpe hay que procurar en la medida de lo posible no dejarse llevar por el pánico, mantener la cabeza fría y observar a nuestro alrededor como han afectado los acontecimientos. Cuando  realicemos un primer reconocimiento de nuestro estado y del estado de los pasajeros que nos acompañan, debemos mirar en que posición y estado ha quedado nuestro vehículo para poder apearnos del mismo en condiciones óptimas de seguridad.

2-. Bajar del vehículo. Si nuestra situación nos lo permite, y el vehículo se encuentra en un lugar poco recomendable, podemos arrancar y moverlo hasta una zona más adecuada. Es importante antes de bajar asegurarse de que se toman todas las medidas de seguridad recomendadas por la Dirección General de Tráfico para estos casos: accionar los cuatro intermitentes, colocar la señalizan triangular y en su caso, enfundarse el chaleco reflectante. Antes de abrir la puerta y bajar es importante asegurarse que no se acerca ningún otro vehículo. Esta afirmación parece de Perogrullo, sin embargo, me ha parecido conveniente incorporarla al resto del texto a tenor de la gran cantidad de atropellos que se producen tras una colisión previa.

3-. Tratar con los conductores del resto de vehículos implicados. Al bajar del vehículo lo normal es dirigirse hacía el conductor del otro vehículo para intercambiar opiniones sobre el accidente, dar o pedir una explicación por el mismo. En la inmensa mayoría de los accidentes de tráfico, la culpa es de un conductor, que o bien se ha despistado, o no ha guardado  la diligencia debida mientras circulaba. Si ambos conductores se ponen de acuerdo sobre como ha sucedido el siniestro, así como la identidad del responsable, lo ideal será que rellenen y firmen una Declaración Amistosa de Accidentes, para que con posterioridad se pueda iniciar la reclamación de daños. Por el contrario, si los conductores no se ponen de acuerdo, lo ideal será avisar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para que, o bien la Policía o la Guardia Civil, se personen en el lugar y levanten atestado o parte de accidentes.

NOTA: Es muy importante a la hora de exigir responsabilidad a las compañías de seguro contar con una Declaración Amistosa de Accidentes o con el atestado policial, ya que si la aseguradora del vehículo contrario no reconoce su responsabilidad, o discrepa de nuestra versión, no tendremos el medio de prueba necesario para demostrar la verdad de los hechos.

Por último hay que tener en cuenta lo siguiente. Si tras un accidente, nuestros allegados y el vehículo se encuentran en buen estado, no podremos marcharnos del lugar sin saber si las personas que se encontraban en el interior del resto de vehículos implicados están heridos y puedan necesitar asistencia médica. Además de un trato inhumano, estaríamos incurriendo en un delito por omisión del deber de socorro tipificado en el artículo 195 de nuestro Código Penal. Esta disposición no nos obliga a hacernos los héroes, ni a intentar prestar una ayuda sanitaria para la cual probablemente no tengamos conocimiento; tan solo estaremos obligados a avisar a Policía y ambulancias, y quedarnos en el lugar de los hechos hasta que se personen dichas asistencias.

4-. Mi estado físico. “Tras el golpe no me dolía nada…pero han pasado tres horas y tengo la espalda hecha polvo”. Es algo cotidiano que sucede en muchos accidentes de baja intensidad. Las lesiones musculares, por regla general se detectan durante las siguientes horas o incluso días del siniestro. Ante el menor síntoma no usual como puede ser: dolor, mareo, conmoción, desorientación; lo recomendable es acudir al servicio de urgencias de un Hospital o Centro de Salud. Allí nos realizarán una exploración física y podrán diagnosticar si hemos sufrido una lesión muscular o de otro tipo.

NOTA: El informe médico facilitado al paciente tras la primera asistencia, también será de vital importancia para cuantificar el valor de las lesiones en la posterior reclamación, por lo que se recomienda conservarlo.

5-. Informar a la compañía de seguros. En España todos los vehículos están obligados a suscribir una póliza de seguros que garantice entre otras cosas la responsabilidad civil generada en los accidentes de tráfico. Tenemos que de informar a nuestra compañía de seguros del accidente dentro de los siete primeros días para que tengan constancia del mismo.

6-. Buscar un profesional. Una vez que la reclamación del siniestro comience a tramitarse, es muy posible que la compañía de seguros del vehículo contrario le haga una oferta de indemnización a la baja, que valore sus lesiones por debajo de la gravedad que realmente han tenido o que le pongan problemas para cubrir su tratamiento rehabilitador. Es cierto que, si tiene cobertura jurídica en su póliza, su compañía se ofrecerá a ponerle un abogado. Pero recuerde: ese abogado trabaja para la compañía de seguros. El mejor consejo que puedo darle en este punto es que se ponga en contacto con un profesional independiente a las aseguradoras y que vele exclusivamente por sus intereses.

Hasta aquí llega esta pequeña guía legal que trata de abrir un poco de luz sobre los instantes más inmediatos tras haber sufrido un accidente de tráfico. Espero haberles sido de ayuda.

Reciban un cordial saludo.

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