BRASIL, un país estratégico para el sector empresarial y legal.

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Emprendedores de todo tipo, empresarios pequeños y

grandes, multinacionales, firmas de abogados… todos coinciden en lo mismo: Brasil sigue ofreciendo

grandes oportunidades y es el país estratégico dentro de América Latina. Sin embargo, no es nada

fácil instalarse y hacer negocios en el ‘reino de la samba’. El informe Doing Business del Banco

Mundial de 2013 sitúa a Brasil en la cola mundial en lo que se refiere a la facilidad para hacer

negocios, en concreto en el puesto 130 de 183 países analizados. De acuerdo con este estudio, abrir

un negocio en Brasil exige hasta 16 procedimientos y trámites administrativos diferentes, frente a

los 9,5 que se requieren de media en América Latina y Caribe y los 5,7 necesarios en los países de la

OCDE.

Brasil es un mercado enorme, muy complejo, con mucha burocracia y plagado de regulaciones que hacen

que las empresas que se instalan allí sufran unos duros y costosos procesos antes de comenzar a obtener

los frutos. Sin embargo, el resultado suele ser positivo. El 90% de las compañías con negocios en Brasil

señalan que “han incrementado sus ventas y han ganado cuota de mercado y más del 75% que sus

beneficios han aumentado como consecuencia de su implantación en ese país”, según el estudio realizado

por la Universidad Nebrija y el Banco Santander llamado “Brasil: un gran mercado en expansión

sostenida”.

Hay 420 compañías españolas que actualmente hacen negocios en la primera potencia económica de

Latinoamérica, primeras espadas de mercado español como Santander, Telefónica, OHL o Inditex, que se

lanzaron a la conquista del país carioca aprovechando los procesos de privatización que se acometieron

por el Gobierno brasileño hace más de una década. Pero, en los últimos años se vive, además, una

segunda oleada de inversiones españolas en Brasil, esta vez protagonizada por medianas empresas en

actividades muy variadas como la industria auxiliar de la construcción, distribución, alimentación, 

energías renovables o el turismo, que huyendo de la crisis que azota dentro de casa se han ido a hacer las

américas. Y estas grandes y medianas empresas españolas en su expansión al gigante latinoamericano han

propiciado una alfombra roja para que los despachos de abogados españoles crucen también el Atlántico y

se instalen en el país carioca.

Uría y Menéndez, Cuatrecasas, Garrigues… las grandes firmas de la abogacía española están ya instaladas

en Brasil ayudando a los empresarios españoles que quieren hacer allí negocios a navegar entre la

compleja encrucijada de leyes y normativas que conviven en el país latinoamericano. “Los clientes

españoles que se instalan en Madrid quieren ir de la mano, necesitan que les ayudemos a entender este

mercado”, explica Jaime Llopis, socio de Cuatrecasas. Las firmas legales españolas con oficina en Brasil

también consideran que su expansión a aquel país ha sido muy acertada y positiva y que, claramente, ha

contribuido a elevar los ingresos del despacho.

Limitaciones al ejercicio de la profesión

Antes de hacer las maletas para instalarse en Brasil, los bufetes tienen que tener en cuenta las

peculiaridades de este país. El ejercicio de la profesión de abogado está sometido a una normativa

bastante rígida e intervencionista. Los despachos brasileños no pueden contratar a otros letrados que no

sean de su país. Incluso un abogado extranjero, pese a que tenga la habilitación, no puede trabajar en un

bufete brasileño. No se permite a los bufetes foráneos ejercer el derecho local. Así, el papel de un

despacho español que se instale en aquel país está limitado a asesorar a las empresas españolas que abren

negocios en Brasil y al de consultor en derecho extranjero.

“Al igual que en otros países, la profesión de abogado esta muy protegida en Brasil y solo se permite su

ejercicio para los abogados registrados y reconocidos en Brasil. Es por ello que el mercado brasileño

como destino para los abogados españoles para ejercer la profesión debe limitarse a labores de asesoría o

consultoría en aquellas áreas de interacción de los dos ordenamientos jurídicos: en derecho fiscal

internacional, sobre inversiones exteriores, comercio exterior y siempre en general para un apoyo legal y

comercial que es conveniente tener a mi entender antes y durante el desarrollo de una actividad en otros

países de empresas españolas”, explica María Isabel Ariza Crespo, abogada y asesora Internacional y

directiva Cámara Brasil-España, que, sin embargo, pese a las limitaciones, considera que el mercado

brasileño jurídico “es muy rico en todos los aspectos, para poder aprender y colaborar. Además,

desciende del derecho latino como el español por lo que sus leyes y el espíritu de interpretación de las

mismas están en sintonía con el derecho español”.

Mercado muy competitivo

El sector brasileño de la abogacía es muy profesional y competitivo. Los bufetes de Brasil lideran las

operaciones en Latinoamérica con dos primeras espadas destacadas: Barbosa Mussnich & Aragao y

Souza Cescon. Pero hay cerca de una quincena de grandes y muy potentes despachos en los que trabajan

una media de unos 200 abogados. En la mayoría de los casos, los profesionales de los grandes despachos

tienen un perfil internacional (muchos de ellos se han formado y/o trabajado fuera del país). El grueso de

los bufetes está concentrados en São Paulo y Río de Janeiro, las dos grandes urbes del país

latinoamericano, donde están las sedes de las grandes empresas y los negocios de servicios.

“Los despachos brasileños son muy buenos, con profesionales extraordinarios y muy bien 

dimensionados”, explica Antonio Bulnes, socio y responsable de la oficina de Garrigues Abogados en

São Paulo.

“Sin duda, el sector legal brasileño es el más fuerte de América Latina”, afirma Jaime Llopis, quien cree

que, en el medio plazo, puede producirse un proceso de consolidación entre los distintos despachos

brasileños.

La competencia internacional en Brasil también es muy alta. Al calor del boom económico de los últimos

años, un buen número de despachos anglosajones desembarcaron en Brasil. La primera firma extranjera

que entró en el país fue la estadounidense Baker & McKenzie en 1959. Siguieron Clifford, Linklaters,

DLA, Davies Arnold Cooper…

Un buen socio

Dada la complejidad del mercado brasileño, a ha hora de hacer negocios muchos prefieren ir mejor

acompañados que solos. Más de la mitad de las empresas españolas que se han instalado en Brasil han

optado por adquirir empresas ya existentes o establecer ‘joint ventures’ o alianzas con socios locales

para entrar en este mercado, tendencia que parece intensificarse en los últimos años.

Un socio local permite obtener un conocimiento más rápido del mercado, fomentar mejor los contactos y

facilitar el despegue del negocio. Pero la selección de un socio o compañero de viaje es un proceso

complejo y a veces crítico, que requiere de un análisis pausado y certero y no siempre resulta exitoso.

“Tener un socio bueno es clave. Si no es el adecuado, lo único que puedes tener es problemas”, afirma un

empresario español con amplia trayectoria en Brasil.

“Hemos estado asociados, solos, asociados de nuevo… Lo importante es tener buenos contactos y

relaciones”, explica Eduardo Rodríguez-Rovira, socio de Uria Menéndez y responsable de la práctica

latinoamericana en el despacho.

Presente en Brasil desde 1998, el bufete cuenta permanentemente con un equipo de abogados españoles

en São Paulo y trabaja junto al bufete Dias Carneiro Advogados.

Garrigues tuvo entre 2004 y 2009 como aliado en Brasil a la firma Müssnich & Aragão a través de la

alianza internacional Affinitas, promovida por el despacho español. Actualmente, tiene oficina

independiente en São Paulo, ciudad con más de 20 millones de habitantes donde también cuenta con

despacho propio Cuatrecasas. Por su parte, el despacho Martínez-Echevarría ha elegido Natal para

desembarcar en Brasil, una ciudad muy turística del noreste del país con un gran crecimiento

inmobiliario. Allí ha establecido alianzas con despachos de las principales capitales de Brasil.

“Creo que antes de lanzarse a la aventura de hacer negocios en Brasil es mejor tener algún tipo de

acuerdo de colaboración con una o varías firmas locales”, recomienda el abogado de una empresa

española que lleva dese hace algo más de una década en Brasil.

Gran planificación

Con socios o aliados o sin ellos, en cualquier caso todos los profesionales que se han internacionalizado 

en Brasil coinciden en que es fundamental prepararse muy bien antes de dar el salto a país carioca.

“Cualquier empresa que se quiera instalar en el país latinoamericano, incluido un despacho de abogados,

primero tiene que conocer muy bien el país, hacer los contactos adecuados y planificar muy bien la

estrategia a seguir. Hay empresas que fallan en su expansión a Brasil por falta de planificación. Allí los

tiempos son otros, los costes otros y la forma de trabajar y relacionarse otras”, afirma Luis Riesgo, socio

del despacho Jones Day y responsable de la oficina en São Paulo.

En los últimos años, ante la crisis económica que azota España, algunas medianas y pequeñas empresas

(Pymes) se han lanzado a la internacionalización a la desesperada, en un intento de encontrar oxigeno

fuera de la Península Ibérica. Sin embargo, al hacerlo con prisas y sin planificación algunas de ellas están

fallando en su intento. “Brasil tiene un tejido industrial potente es un país muy competitivo y tiene un

sector legal muy profesional. Es necesario hacer el proceso de internacionalización con mucha

tranquilidad y planificación”, añade Llopis.

Aunque Brasil está geográficamente en América Latina es diferente al resto de países de su entorno y

antes de emprender aventuras empresariales en esta parte del mundo primero hay que comprender la

cultura del mismo y aprender como se trabaja allí. “Un error español es pensar que es parecido hacer

negocios en Portugal que en Brasil y no tiene nada que ver”, afirma un empresario. Un ejemplo: un “sí”

como respuesta dista mucho de significar que el interlocutor está de acuerdo. Los brasileños por

naturaleza son simpáticos y educados y nunca suelen dar un “no” por respuesta.

“Antes de abrir despacho en Brasil me pasé varios años viajando, conociendo gente, haciendo contactos,

visitando los despachos y familiarizándome con la política y economía del país. Sólo cuando tuve un gran

conocimiento de saber qué despachos son mejores según que temas y muchos contactos hechos abrimos

la oficina”, explica Luis Riesgo, de Jones Day.

Con una extensión de 8,5 millones de kilómetros cuadrados, el quinto país más grande del mundo. Se

suele decir que Brasil es un país de países, “un continente” como indica Eduardo Rodríguez–Rovira. Al

ser tan enorme hay muchas diferencias entre las distintas regiones y diferentes mercados. No es lo mismo

montar un despacho en São Paulo, que en Brasilia, en Rio de Janeiro que en Natal. Hay pues que

seleccionar muy bien la ciudad o campo de acción a elegir.

¿Es momento de ir a Brasil”

Tras años de gran crecimiento y expansión económica, comienzan a llegar noticias inquietantes sobre el

país brasileño. El crecimiento del PIB se ha desinflado; la Bolsa de Rio acumula una caída del 18% en el

año, el real se ha depreciado un 17% en 2013, la inflación sigue sin controlarse y ha habido un estallido

social en las calles que ha pillado por sorpresa al Gobierno de Dilma Rousseff y asustado a los mercados

y analistas internacionales. Las alarmas de un estallido de la burbuja económica han sonado, lo que, sin

duda, está haciendo que algunos inversores y empresarios puedan estar replanteándose sus planes de

expansión en el gigante latinoamericano.

Sin embargo, aunque las alarmas han saltado, son mayoría los analistas que afirman que Brasil está

corrigiendo los excesos del pasado antes de entrar en una fase de crecimiento más sosegado. Por esta

razón, el Gobierno se ha lanzado de lleno a sacrificar el crecimiento en aras de frenar las tensiones

inflacionistas. Se ha reducido la subida de los precios, especialmente en la cesta de la compra, aunque no 

todo lo que se quería. La inflación interanual se ha situado en el 6,7% en el primer semestre, un 3,7% en

lo que va de año mientras que el PIB ha pasado de crecer un 7,5% en 2010 a subir entre el 1,9% y el

2,5% que se prevé al cierre de 2013.

“Brasil camina hacia un crecimiento más controlado, lo que es bueno para el país y los ciudadanos. Los

precios de las oficinas, antes astronómicos, han comenzado a bajar, la cesta de la compra también. Se

están poniendo las medidas con tiempo para evitar una explosión sin control del boom económico y eso

es bueno para todos, aunque en el corto plazo pueda producir tensiones en los mercados y asustar a más

de un inversor”, explica un analista de un banco español con intereses en el país.

Los analistas que ven la botella medio llena y creen que Brasil sólo sufre una corrección controlada de los

excesos pasados, ponen en énfasis la gran riqueza del país, que cuenta con el 22% de las tierras cultivadas

del planeta, es la primera potencia mundial en la producción de etanol, uno de los mayores productores en

hierro, estaño, bauxita, petróleo. En la última década, además, el país ha desarrollado una muy

competitiva industria manufacturera.

Brasil tiene unas finanzas muy saneadas. Es el cuarto mayor acreedor de Estados Unidos. Sus reservas

internacionales son 12 veces mayores que la de España, más de 200.000 millones de dólares. Su deuda

externa es sólo del 15% y su tasa de desempleo se sitúa en el 6%. En la primera economía de

Latinoamérica no existe la deuda privada y el gran estallido del mercado inmobiliario se ha hecho sin

apenas financiación. “Es un país con una demanda interna insatisfecha tremenda. Estamos hablando de

que millones de ciudadanos están accediendo a su primera vivienda, su primer coche, lavadora o sus

primeras vacaciones”, explica Luis Riesgo.

Brasil dispone ya una clase social media importante en términos de tamaño. Según un reciente estudio del

Centro de Políticas Sociales de la Fundación Getulio Vargas, las clases medias han pasado de suponer en

pocos años un 53% de los hogares a representar el 69%, clase media muy consumista. Sin embargo, es

cierto que sigue siendo una economía dual, tanto en términos de localización geográfica como de

distribución de la renta, con un segmento de rentas bajas cercano al 30%. Hacen falta muchas reformas:

judicial, sanidad, educación, fiscal… unos cambios que además han empezado a ser exigidos por la

población.

La clase media se ha lanzado a las calles para protestar y exigir al Gobierno una política más social, unas

protestas que los brasileños de todas clases y posición consideran muy positivas. “A los que están Brasil

y conocen el país no les parece estas protestas motivo de preocupación”, explica Antonio Bulnes.

“Es cierto que Brasil ha dejado de ser el país de moda que era en 2007, cuando todos querían ir allí y

llegaban los despachos anglosajones en oleada. Ahora están de moda Perú y México, pero Brasil sigue

siendo muy interesante para hacer negocios”, afirma Eduardo Rodríguez-Rovira, quien apunta que no

hace caso de aquellas voces que pronostican un fuerte retroceso económico. “Brasil sólo está corrigiendo

los excesos sigue siendo un gran país para hacer negocios”, apunta.

“Brasil como mercado es interesante y tiene potencial para la asesoría jurídica dado que es un sistema

legal muy sofisticado y dinámico especialmente en el área fiscal internacional que requiere de mucho

análisis y continuo estudio y preparación”, apunta María Isabel Ariza Crespo.

 

Fuente: VLex.

 

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