¿Qué es una exploración judicial a menor?

    La exploración judicial a menor es una de las pruebas que puede realizarse en un procedimiento de separación o divorcio. Se trata de un interrogatorio (más bien entrevista, por tratarse de un menor) que el juez efectúa a un menor, para tratar de averiguar qué es lo más beneficioso para él a la hora de determinar las medidas paternofiliales. El juez, a instancia de parte o incluso de oficio, le da audiencia al menor para que se exprese siempre que tenga suficiente juicio, y en todo caso (dice el art. 770 de la LEC) a los mayores de doce años. 

    Aunque no hay un protocolo de actuación, Su práctica puede realizarse el mismo día de la vista o en día distinto y se suele llevar a cabo en un lugar distinto a la Sala de Audiencias y sin que los intervinientes (generalmente juez, secretario y fiscal) usen la toga para que no pueda quedar impresionado el menor, al objeto de preservar al menor de la tensión del proceso. En este caso no es conveniente que la exploración se lleve a cabo en la sala de audiencia ni que los intervinientes usen la toga pues ello puede impresionar al menor. No suele durar más de media hora. Tampoco se graba en medio audiovisual, sólo se levanta acta.

    En la exploración judicial no estarán presentes abogados ni procuradores ni mucho menos los progenitores. De hecho, en muchas ocasiones y a efectos de que los menores no intervengan judicialmente más que lo necesario, los juzgados sustituyen la exploración judicial por la declaración que los menores efectúan ante el Equipo psicológico adscrito al juzgado.

   También hay que tener en cuenta que la voluntad del menor no es vinculante para el Juez que siempre tendrá en cuenta la edad del menor, su grado de madurez y la posible influencia o presión que haya podido tener por parte de alguno de los progenitores.

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