¿Cómo reducir la pensión de alimentos?
La pérdida del empleo, la reducción del salario o el hundimiento del negocio propio son circunstancias muy comunes en padres divorciados que no pueden hacer frente a las cuantías de las pensiones alimenticias que están pagando por sus hijos. ¿Qué hacer en esos casos?.
Comencemos por lo que jamás se debe hacer: dejar de pagar o reducir la pensión de forma unilateral, porque se corre el riesgo de que el otro progenitor reclame con éxito las cantidades dejadas de abonar, más intereses y costas, todo ello sin que el Juzgado atienda a razones sobre la mala situación económica (una de las cosas que más irritan a los jueces es que la gente se tome la justicia por su mano).
En el momento en que económicamente no se pueda pagar la pensión o se tenga grandes dificultades para ello, se debe solicitar en el Juzgado con carácter urgente una modificación de medidas de divorcio. Se trata de un proceso que no está exento de dificultades, ya que para vencer la posición reacia del juez a modificar su sentencia, habrá que luchar contra dos contrincantes: el abogado contrario y la Fiscalía, que de inicio se opondrá a la modificación, basándose siempre en la defensa del interés superior de los hijos menores.
Para conseguir una sentencia que estime la reducción de la pensión de alimentos hay que probar las siguientes circunstancias:
1ª) Que la disminución de ingresos es posterior a la sentencia en la cual se fijaron las medidas.
2ª) Que dicha disminución tiene entidad suficiente y relevante para justificar la modificación.
3ª) Que la situación económica no tiene un carácter puntual.
4ª) Que las circunstancias que motivan dicha disminución deben ser ajenas totalmente al pagador, es decir, no buscadas o provocadas por él.
Por ello, en el caso de verse en una situación como la expuesta, lo mejor es consultar a un abogado que le aconseje legalmente sobre los pasos que hay que dar.
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