El final de los alquileres de renta antigua en los locales comerciales

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Se acerca el final de los 20 años que a la moratoria de la Ley de Arrendamientos Urbanos de 1994 se fijaron como plazo normalizar los precios de los contratos de alquiler de los locales comerciales. El 31 de diciembre de 2014 muchos titulares de locales comerciales (especialmente pequeñas tiendas o pymes) se verán obligados a pagar más para continuar en su local o, en el peor de los casos, bajar la persiana.

Hace tiempo que se advierte de esta situación que, ahora, además llegará en uno de los peores momentos económicos. Ante esta adversidad se abre un nuevo marco de negociaciones, acuerdos o rescisiones de contrato que no puede ser ajeno ni a arrendadores ni arrendatarios.

Se calcula que el 35,5% de los comercios de Barcelona están afectados por la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos y, en consecuencia, si no lo negocian antes, en enero de 2015 se pueden encontrar perdiendo su local y contrato. En este contexto, son interesantes los datos de la escuela de negocios de Esade que fijan en el 47,5% los comerciantes dispuestos a renegociar su alquiler, un 5,5% los que estarían dispuestos a cambiar de local, un 3,8% los que han decidido que cerrarán su negocio y un alarmante 43% que todavía no han decidido qué hacer.

Afrontar esta negociación con tiempo tanto para la propia negociación, como para conocer bien las alternativas de una y otra parte vinculadas por el mismo contrato de alquiler, es de especial trascendencia en la expiración de una moratoria legislativa que, por la naturaleza de los locales comerciales, afecta directa e inexcusablemente tanto a la previsión de costes en el caso de los arrendatarios, como la previsión de ingresos en el caso de los arrendadores.

A pesar del plazo de 20 años para normalizar el precio de los contratos, la situación en la práctica ha sido la de absoluto mantenimiento de las condiciones pactadas y la todavía evidente diferencia entre precios de mercado y los precios pactados en su día.

En un año de que inevitablemente expire este plazo, no habrá más remedio que afrontar la situación, preparar una buena negociación y tomar las decisiones que corresponda procurando disponer en todo momento de todos los elementos y los indicadores esenciales en la materia.

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